Todos los hombres, por el simple hecho de serlo, disponen de unos privilegios. De los más destacable podemos mencionar que se cree que las mujeres debemos estar a su servicio: ser quienes le sirvan, lo apuntalen, los cuiden y los aguanten. En este sentido, los abusadores no cambian a menos que se despojen de su “sentirse con derecho sobre la mujer”.
Sin más que agregar al momento, empezamos a enlistar todos sus privilegios:
- Que no los sexualicen o vean con morbosidad su ropa o actos desde los 5 años.
- Que no empiecen a ser acosados desde que tienen 8 años (o a veces menos)
- No preocuparse porque todo hombre con el que se crucen se crea con el derecho de opinar sobre tu aspecto físico.
- Que se les valore por lo que son, por sus habilidades y características en lugar de por su físico.
- Que puedan llegar a tener puestos importantes en una empresa sin que se piense que fue porque hizo un favor sexual a cambio.
- Que no les vean como un objeto de deseo y si son un sujeto activo deseante no te tachen de put0.
- Que no nieguen o invaliden su salud mental diciéndoles “estás en tus días”.
- Que el alcohol siempre los excuse a ellos.
- Si sufren una agresión sexual, nadie les va a preguntar “cómo iban vestidos”.
- Poder quedarse dormidos y no despertar con una mano encima, o una lengua/dedo rozándoles sus partes íntimas y que además los culpen por quedarse dormidos.
- Que salga una noticia de una denuncia por maltrato de una mujer a un hombre y nadie ponga en duda que sea falsa.
- No tener la duda de si alguien te está alagando porque de verdad lo piensa o porque solo quiere follar contigo.
- Que no se les menosprecie laboralmente porque pueden quedar embarazados.
- No llegar a los 40 años y sentir presión social porque "se les pasa el arroz".
- Pueden vestirse como quieran sin miedo a salir a la calle y que sean acosados.
- Pueden ir tranquilamente en el transporte público sin el temor constante de sufrir una agresión sexual.
- Sus cuerpos no son objeto de acoso, miradas lascivas o “piropos”.
- Estadísticamente hay muchas menos probabilidades de que sufran violencia sexual.
- Su opinión es escuchada siempre y ni nunca minimizada por el hecho de ser hombre.
- Nadie les prohíbe decidir libremente sobre sus cuerpos.
- Les pagan más por desempeñar el mismo puesto con las mismas funciones y actividades.
Aceptar estos privilegios resulta complicado para los hombres, y es normal, es entendible. Para ayudar un poco a esta aceptación, queremos destacar algo: estos privilegios se dan inconscientemente. Ni siquiera es culpa de un hombre de forma individual que tenga estos privilegios, sino de la sociedad machista en la que han y hemos crecido todxs.
Los privilegios son elementos que, desde cualquier pensamiento igualitario, deben eliminarse. ¿Quién puede defender un privilegio? Por eso, más que considerar como privilegios el caminar tranquilos, el ser escuchados, el ser valorados o el poder disponer de nuestro cuerpo quizás debamos considerarlos como derechos fundamentales que no se están cumpliendo para todas. Y aunque debería pasar así porque así lo marca la ley y nuestra constitución política, LA REALIDAD ES OTRA.
